Narrativa juvenil
Editorial Anaya
2002
232 páginas
La vida de Ilya cambió el día en que todos creyeron que había muerto y se había convertido en vampiro. Sus padres no querían ni verlo, la gente le temía y el sacerdote del pueblo empezó a organizar una batida para matarlo. Pero no todo era negativo desde que se había convertido en un “señor de la noche”: Tatiana, la chica de la que estaba enamorado, ahora le hacía caso. Eso sí, no era un vampiro al uso, porque le daba asco la sangre, no le crecían los colmillos, tampoco podía volar. Sin embargo, desde que todos creían que era una vampiro y, sobre todo, desde que él creía serlo, podía hacer cosas sobrehumanas.
Es un libro de vampiros diferente, paródico, con
mucho humor y que trata de temas tan importantes como la identidad y el
desarrollo personal, las relaciones humanas, la psicología de masas, la
creación de los mitos y las leyendas y la fuerza del amor. Una historia bien contada, divertida, optimista y que
invita a la reflexión. Un
libro juvenil para todas las edades.
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