LA ENZIMA PRODIGIOSA, Hiromi Shinya

Divulgación
Aguilar
2013
224 páginas

 Este es un libro de divulgación, escrito con técnicas publicitarias. El autor, cirujano digestivo de prestigio, expone desde un punto de vista médico las ventajas del estilo de vida que él llama de la "enzima prodigiosa", consistente no sólo en una dieta especial, y en un estilo de vida sano, con motivaciones positivas. 

Al parecer el autor defiende que el número de enzimas que el cuerpo utiliza para procesar los alimentos está predeterminado (aunque eso no está demostrado científicamente), y que todas las enzimas que el cuerpo humano necesita para la vida provienen de unas enzimas madre que se reconvertirían dependiendo de las necesidades del cuerpo en las enzimas especilizadas (unas 5.000) que se conocen. El asunto es que normalmente destruimos enzimas por causa de nuestra mala alimentación, o malos hábitos (como dormir poco o fumar o beber alcohol o café, o estrés y preocupaciones), y no somos capaces de recuperarlas debido a nuestra deficiente alimentación. 

Esta alimentación que el doctor Shinya defiende está basada en un 85% en vegetales y tan solo un 15% de alimentos de origen animal, siendo mejor los animales que tienen menor temperatura corporal que los humanos, como el pescado, que los que la tienen superior, como el vacuno o los pollos. La mayor parte de lo que deberíamos ingerir debieran ser granos (arroz, cebada, trigo, avena) integrales. Todos los lácteos serían perjudiciales para el cuerpo (destruirían enzimas y producirían radicales libres causantes del envejecimiento celular). También basa parte de la dieta en el agua, en la importancia de beber un agua "buena", algo ionizada y filtrada de forma que no tuviera cloro, y conservara ciertos equilibrios minerales necesarios.

Por último destaca la importancia de masticar bien la comida, entre 30 y 50 veces, y de no tomar agua apenas durante las comidas, sino una media hora antes (y beber tres o cuatro vasos).

Me ha parecido que el estilo de vida que preconiza es demasiado estricto para ponerlo en práctica, salvo que te veas inmerso en una enfermedad y seas capaz de revertir todos tus hábitos. Sin embargo, algunas cosas sí que son modificables con no demasiado esfuerzo, por ejemplo colocar un filtro de agua en el grifo, tomar alimentos frescos una hora antes de las comidas, reducir el consumo de carne o masticar un poquito mejor los alimentos (lo de las 30-50 veces después de probarlo, me parece demasiado), e ingerir un poquito más de agua y a ser posible antes de las comidas, no durante ellas.

En fin, que es un libro interesante desde el punto de vista de nuestra salud que quizás nos ayude a cuidarnos un poco más de lo que lo hacemos.