viernes, 29 de agosto de 2014

HABLANDO CLARO, UNA INTRODUCCIÓN A LOS FÁRMACOS PSIQUIÁTRICOS, Joanna Moncrieff

Divulgación científica

240 páginas

Ed. Herder


Parece que es un hecho científico y comprobado que el origen de las enfermedades psiquiátricas está en una serie de desequilibrios químicos del cerebro y que existe una serie de fármacos que eliminan esos desequilibrios y llegan a curar a los pacientes.
Pues bien, si leemos este libro de la doctora Moncrieff, podemos llegar a una conclusión completamente diferente y es que esta creencia se nos ha impuesto desde distintas instancias, especialmente desde la industria farmacéutica, y que no hay datos realmente contrastados y fidedignos que demuestren ni que esos desequilibrios químicos del cerebro causen las enfermedades, ni que los fármacos psiquiátricos que se utilizan con tanta profusión hoy sirvan para curar, y no simplemente para paliar los síntomas.
 Con un estilo sencillo y claro, esta psiquiatra británica explica cómo funcionan, para qué se usan y qué efectos adversos tienen, especialmente con un uso continuado, los diferentes fármacos psiquiátricos: neurolépticos (o antipsicóticos), antidepresivos, el litio y otros medicamentos que se utilizan contra el tratorno bipolar, los estimulantes con que se trata el TDAH, y las benzodiacepinas (o ansiolíticos). Pide que se haga un uso más racional de los mismos: solo cuando realmente sean necesarios, por el tiempo justo y junto con otro tipo de tratamientos no médicos. Y también que se dé una información más veraz a los pacientes y sus familiares.
Plantea una serie de ideas muy interesantes que sobrepasan los temas propiamente médicos, y que implican problemas éticos, sociológicos, educativos y hasta políticos. Por ejemplo: el interés económico de la industria farmacéutica por imponer sus productos, el prurito de los psiquiatras desde el siglo XX por igualarse con otras especialidades médicas más "físicas" recetando "pastillas", el deseo de la sociedad, educadores y políticos de que las conductas perturbadoras de algunos de sus elementos tengan una solución "sencilla y rápida", a  pesar de que ello comporte quizá un problema ético mayor (¿el alumno disruptivo en el aula llegará alguna vez a tener una conducta adecuada si nunca llega a responsabilizarse de la misma porque "tiene una enfermedad"?).
Un libro muy recomendable por su claridad y cantidad de datos, para enfermos, familiares, sanitarios, profesores, y cualquiera que desee tener una visión alternativa a la que nos han impuesto actualmente sobre las drogas psiquiátricas.






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