Nació en Almería en 1867. En 1883, con
dieciséis años y en contra de la opinión de su padre, se casó con Arturo
Álvarez y Bustos, pintor y periodista, doce años mayor que ella. Este era hijo
de Mariano Álvarez y Robles, el cual tenía en propiedad la empresa tipográfica
que imprimía el principal diario de la capital. Esto permitió a Carmen
familiarizarse con el mundo de la prensa desde joven colaborando en la
impresión del diario.
Su marido resultó ser infiel, colmando su
matrimonio con el prematuro fallecimiento de sus tres primeros hijos. En agosto de 1901 tras la muerte su hijo
Arturo (nacido en 1893) decide abandonar a su marido para comenzar una nueva
vida en Madrid, llevándose consigo a su única hija superviviente María Álvarez
de Burgos, nacida en 1895.
A partir de 1902 colaboró con el
periódico El Globo en el que escribía una columna titulada “Notas femeninas”
que analizaba asuntos como “La mujer y el sufragio”.
En 1903, Augusto Suárez de Figueroa fundó
el Diario Universal y la contrató para llevar una columna diaria titulada “Lecturas
para la mujer”, bajo el seudónimo de "Colombine". Era la primera
mujer reconocida como periodista profesional en España. En su columna trataba
las modas e introducía ideas que ya se estaban popularizando en otros países
europeos.
Hizo campaña para que se legalizara el
divorcio, por lo que obtuvo ataques por parte de la Iglesia y de los sectores
conservadores que buscaron desacreditarla.
En
1905 consiguió una beca del Ministerio de Instrucción Pública para estudiar los
sistemas de enseñanza de otros países, por lo que viajó durante casi un año por
Francia, Italia y Mónaco.
A finales de 1906 retomó su labor
periodística y lanzó una campaña en “El Heraldo de Madrid” a favor del sufragio
femenino con una columna titulada “El voto de la mujer”. A su regreso de
Francia, creó una reunión semanal llamada “La tertulia modernista” a la que
acudían escritores, periodistas, músicos y otros artistas de paso por Madrid.
Allí conoció a Ramón Gómez de la Serna, entonces un desconocido estudiante de
diecinueve años, el cual se convierte en su admirador. Ramón la visitaba en su
casa a las cinco de la tarde, donde escribían juntos. Sobre 1909 iniciaron una
larga relación amorosa y literaria.
Estuvo en el origen de “la Revista Crítica”
(1908-1909), de la que llegaron a salir seis números en los que colaboraron
Eduardo Zamacois, Juan Ramón Jiménez y Ramón Gómez de la Serna entre otros. Se
relacionó con Galdós, Blasco Ibáñez, Cansinos Assens, Tomás Morales y otros
tantos escritores.
En 1909 Carmen de Burgos decide acercarse
a las tropas españolas que luchaban cerca de Melilla. Allí ejerció de
corresponsal de guerra del diario “El Heraldo de Málaga”. A su vuelta a Madrid,
publicó el artículo ¡Guerra a la guerra! en el que defendía a los defensores de
la objeción de conciencia.
Carmen y Ramón Gómez de la Serna no se casaron,
pero compartieron su vida y su pasión por la literatura durante varios años,
residiendo en distintos países. Escribían en revistas y periódicos y apoyaban
proyectos de jóvenes autores. Su relación se rompió cuando Ramón mantuvo una
relación con María, la hija de Carmen. Carmen de burgos lo siguió considerando
un amigo.
Con la proclamación de la Segunda
República en 1931, la nueva constitución reconoció el matrimonio civil, el
divorcio y el voto femenino, terminando así con el constante trabajo de Carmen.
Se
afilió al Partido Republicano Radical Socialista y fue nombrada
"presidente" de la Cruzada de Mujeres Españolas y de la Liga
Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas.
El 8 de octubre de 1932, mientras
participaba en una mesa sobre educación sexual en el Círculo Radical
Socialista, Carmen de Burgos mostró malestar, por lo que fue llevada a su
domicilio donde le atendieron tres médicos, falleció en su domicilio con más de
sesenta años.
Fue
enterrada en el cementerio civil de Madrid en presencia de los principales
políticos e intelectuales de la época. Clara Campoamor, junto con varios
intelectuales, pidió que se diera su nombre a una calle de Madrid.
Tras la Guerra Civil y la victoria del
régimen franquista, su nombre fue incluido en la lista de autores prohibidos y
sus libros desaparecieron de las bibliotecas y las librerías.
Con respecto a su obra, se la ha
introducido en el canon literario del siglo XIX, debido a su constante trabajo
y su gran número de obras de calidad. Gracias a su ideología feminista
igualitaria, ha aportado novedosas ideas, las cuales destacan en sus obras. Su
relación con el resto de los escritores no la ha dejado atrás, por ello no
presenta muchas diferencias con los autores de la época.
Existe un documental sobre ella en rtve.es por si deseas
conocerla mejor.