Salamandra.
2004
268 páginas.
El narrador y protagonista es Christopher, un chico de 15 años.
Va a una escuela especial ya que tiene el síndrome de Asperger. Escribe esta
novela a modo de diario porque su profesora Siobhan se lo pidió.
Le encantan las matemáticas, sabe todos los números primos y por eso numera
los capítulos así; odia el ruido y el contacto físico.
Vive él solo con su padre ya que su madre falleció.
Un día descubre al perro de la señora Shears, su vecina, muerto en el
jardín. Christopher se dedica a investigar quién pudo haber matado al perro.
Su padre descubre el diario y lee todo lo que Christopher había estado
haciendo; decide escondérselo.
Christopher lo busca y encuentra cartas de su madre escritas hace poco
tiempo. Se da cuenta de que su padre le había engañado.
Cuando su padre regresa, le cuenta a Christopher que él había matado al
perro y que le había mentido diciendo que su madre había muerto, porque ella le
dejó por el señor Shears.
Christopher no confía en su padre y decide marcharse de casa. Coge dinero y
a su mascota (una pequeña rata) y se dirige a la estación de trenes.
Consigue llegar a la casa de su madre (gracias a la dirección de las
cartas).
Christopher y su madre vuelven a la ciudad donde vivía su padre. Alquilan
un apartamento donde vivirán los dos. Poco a poco Christopher y su padre van
retomando la confianza.
Consigue sacar un sobresaliente en el examen de Bachiller de
Matemáticas; quiere llegar a ser científico.
Para Christopher todo lo que ha pasado es un gran logro: resolvió el
asesinato del perro, encontró a su madre y escribió un libro. Ahora se siente
capaz de cualquier cosa.
Me ha gustado bastante el libro. Resulta interesante ver cómo piensa, la complejidad que le resultan muchas cosas que nosotros consideramos sencillas y la forma en la que introduce las matemáticas en al novela.
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