TODOS TENEMOS MIEDO
Caminaba envuelta en las sombras, por la misma calle que había recorrido cientos de veces, ya conocía a todos los habitantes de la zona, sabía quién vivía en cada casa y cuándo llegaría su hora, pero esta vez era diferente. Cada poco tiempo miraba sobre su hombro, asegurándose de que nadie la seguía. Necesitaba escapar, todavía no había llegado su hora, era demasiado pronto. La oscuridad lo envolvía todo, nadie caminaba por las calles por miedo a lo que pudiera pasar. Los pocos árboles que encontraba decorando las aceras agitaban sus hojas como si fueran grandes brazos que intentaban capturarla.
-Yo no puedo tener miedo, yo provoco el miedo.
Pero de todas formas, empezó a correr, necesitaba escapar. La túnica negra que la cubría hacía que tropezara, la guadaña la impedía avanzar con rapidez. Y es que todo el mundo tiene miedo a morir, la muerte no iba a ser una excepción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario