Novela
Eolas ediciones
2013
330 páginas
En
una remota aldea de la montaña leonesa, Braulio y Fini, junto con sus ocho hijos
e hijas (Telmo, Virtu, Rodrigo, Lina, Luisa, Reme, Geli y Ventura) viven solos
porque los vecinos emigran en busca de formas más cómodas de ganarse la vida.
La
familia tampoco hace nada para mantener buenas relaciones con la gente de los
alrededores, incluso el cura no ha querido volver a dar misa en la pequeña
iglesia del lugar.
En
la comarca sienten por ellos entre pena y miedo, porque siempre andan, ellos
con la escopeta al hombro y no tienen respeto ni por la Guardia Civil, y tanto
ellos como ellas sucios y desgreñados y los padres no les obligan a ir a la
escuela, a pesar del mucho dinero que están amasando con las vacas, ovejas,
cabras, colmenas y demás recursos que les ofrece una naturaleza hostil pero
feraz.
El
autor nos muestra la vida de esta familia desde los años 60 hasta la
actualidad, una vida en la que sobre todo hay violencia, miedo, engaños y
venganza, pero en la que también queda algún hueco, pequeño, para creer en los
valores humanos.
Me
ha gustado especialmente cómo describe tan detalladamente los paisajes, la naturaleza (una naturaleza difícil, pero
también muy rica que sabe recompensar al que aprende a vivir allí) y la forma
de vida en la montaña cuando no había tantas comodidades como ahora, y también
cómo describe tan descarnadamente las pasiones humanas.
Es
una novela emocionante y escrita con un buen pulso narrativo que engancha desde las primeras páginas hasta el desenlace,
conmovedor después de tanta brutalidad y tragedia.
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